En vez de Eva
- Nidesca Suárez
- 28 oct 2019
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 8 nov 2019
Estaba del lado correcto de la historia
con sus maneras encorsetadas
sus pañuelos empapados en fragancia
sofocando el olor del mundo
sus pensamientos se perdían entre las chimeneas
sin ánimo de alcanzar las nubes
carecían de alas y como el humo eran grises
dos pies bien puestos sobre el suelo
sostenían su castillo de naipes
estaba siempre un paso detrás de la lógica
había tanto llanto en su interior
que su proximidad presagiaba inundaciones
alérgica al polen y a la risa
compartir no estaba en su devocionario
cometería los actos más atroces
sabiéndose libre de las rejas y el fuego
su única prisión: su existencia siempre a medias
era en sí misma un poema crudo
entre invierno y sequía
entre negros y sepias
tenía espinas
también escamas
prefería la soledad
no soportaba su sombra
hurgaba en el pasado con manía obsesiva
se lavaba las manos cada vez que moría
no toleraba las conclusiones de una única sílaba
ni el oscilar de la dicha en su cara
estaba en el lado correcto de la historia
bebiendo té a la hora apropiada
no habría quema de sujetador
sufragistas o revolución sexual
lejos del cubismo
el cinetismo y la vanguardia
se recompondría entre respiraciones cortas
sábanas que no conocerían manchas
y una piel ajena a cualquier roce
la serpiente le hablaría sin ser escuchada
no tendría a quién ofrecer la manzana
se daba cuenta de que estaba desnuda
y no paraba de tejer sentencias
quién podría expulsarla del Edén
si en realidad no había hecho nada

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